miércoles, 13 de febrero de 2008

pólvora mojada


Sonido contínuo de redoblantes.
Tensión en la carpa. Es la gran noche.
De cocodrilo domado que sólo abre la boca
a ser el generador de las aperturas de boca
de cientos espectadores que esperan el gran número:
Mario el coco bala.

El clímax de la función.
Ni el garrapiñero atina a cantar su oferta.

El problema de Mario es que es muy largo y por eso
no tiene mucho recorrido en el cañón,
seguramente no llegue a la red.
El impulso no es bueno y el miedo es extremo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Que tortura pobre Mario! Seguro hubiese preferido continuar con su rol anterior.Muy buena la ilustración, me gustan mucho los colores y las sombras!

Unknown dijo...

A un cocodrilo con ojos celestes y tantos dientes seguro le conseguimos un laburo menos riesgoso.

Anónimo dijo...

Me gustan los colores, cada vez mas lindo, mas expresiva la cosa!!!! Siga pa delante Don Paio!!!