lunes, 21 de abril de 2008

mi condena


Atorado en el andén
divisaba el porvenir
era una noche de frío
era un domingo de abril.
Escuché desde lo lejos
el eco de una bocina
que aumentaba mi dilema
si debía o no debía.
¿Y si me quedo y espero
lo que me traiga la vida?
¿O en busca de sus ojos
voy con la frente marchita?
No encontraba barreras
para detener una huída,
los que escriben nunca frenan
hasta encontrar una rima.
Le diré que me arrepiento
del delito cometido
dos mil días sin sus besos
seis inviernos sin su abrigo.
"
Nunca dejé de mirarte
por eso te quiero conmigo",
veo una luz, el tren viene
con la luna de testigo.

4 comentarios:

Unknown dijo...

buenisimooooooooooooo saluditos

Anónimo dijo...

muy bueno! cada vez mejor!!! que nivel...

la vasquita dijo...

Qué lindo que caminen la ansiedad en andenes, se abriguen, sientan el cuerpo temblar sin saber si es de frío o de duda, dejen de correr, noten la luna... por una.
Ay, ¿estará cerca el amor?

Hermoso, Paio.

María W. dijo...

Qué lindo, Paio.