Ya casi no había empujones y todos se empezaban a separar.
Una señora con gorra de lana compraba 5 coleros a un peso
mientras Guillermo se quedó pensativo por un sueño
que no terminó de pensar.
Fué por una voz que le dijo que este era su destino.
Debió bajarse.
Olleros.
Una señora con gorra de lana compraba 5 coleros a un peso
mientras Guillermo se quedó pensativo por un sueño
que no terminó de pensar.
Fué por una voz que le dijo que este era su destino.
Debió bajarse.
Olleros.
1 comentario:
Guillermos: revoleen el maletín, bájense una parada antes o después de la correspondiente, vivan esos sueños cada día.
Si no, cuál es el sentido??
Todo es tan frágil.
Todo puede ser una gran aventura.
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