jueves, 18 de septiembre de 2008

la próxima


Ya casi no había empujones y todos se empezaban a separar.
Una señora con gorra de lana compraba 5 coleros a un peso
mientras Guillermo se quedó pensativo por un sueño
que no
terminó de pensar.
Fué por una voz que le dijo que este era su destino.
Debió bajarse.
Olleros.

1 comentario:

la vasquita dijo...

Guillermos: revoleen el maletín, bájense una parada antes o después de la correspondiente, vivan esos sueños cada día.
Si no, cuál es el sentido??
Todo es tan frágil.
Todo puede ser una gran aventura.